Etiquetas
comedia, drama, el rey leon, esos locos fantasmas, fantasia, jorge ahijado, juan carlos guerra, los miserables, melodrama, microteatro, microteatro por dinero, musical, paula guida, stage entertainment, teatro, teatro infantil, teatro musical
Tras su paso por las tablas de Microteatro por dinero, Esos locos fantasmas regresa a la escena madrileña -esta vez en versión extendida- en el Teatro Lara. En esta nueva crítica para Primera Fila, Guillermo Názara Reverter nos ofrece su visión sobre el espectáculo infantil más sonado de esta última temporada.
A menudo trato de escapar de los espectáculos infantiles en España, a fin de evitar nuevos añadidos en mi cada vez más larga lista de decepciones escénicas. No obstante, el pasado sábado me animé a acudir a la penúltima función de Esos locos fantasmas, obra musical escrita por los autores Jorge Ahijado y Juan Carlos Guerra. Después de poco más de una hora de hilarantes bromas, atractiva música y un inagotable derroche de imaginación, comprendí que mi visión sobre estos formatos había comenzado a cambiar.
Ambientada en un viejo teatro abandonado, la pieza gira alrededor de una niña que se refugia entre sus paredes para evitar ser capturada por la policía. Allí, entre raídos telones y polvorientos objetos de atrezo, descubrirá que no es la única habitante del edificio; y es que un grupo de peculiares espíritus lleva tiempo hospedándose en sus bambalinas. Dramón, Comedia, y Melodrama; todas ellas conocidas referencias dramáticas, pero también los nombres de los personajes que acompañarán a la niña en sus aventuras –y desventuras- en el escenario.
Compuesta por simpáticos diálogos y pegadizas canciones, Esos locos fantasmas ofrece, de forma amable y entretenida, una reivindicación por el arte y, en definitiva, la cultura. Mediante pequeñas alusiones al teatro clásico y musical –el momento “bandera” demuestra si de verdad eres amante de este último género- , el show invita al público más joven a interesarse por el espectáculo; a conocerlo y a amarlo.
Quizás sea esto lo que hace de esta pieza algo tan único. Esos locos fantasmas es algo más que una obra de fantasía; no se reduce a un puñado de jocosos momentos protagonizados por cómicos personajes; y, desde luego, dista mucho de ser una mera concatenación de memorables números musicales. La magia de este show radica en su espíritu de lucha y defensa por la comunidad artística, tan tocada en nuestro país desde hace bastantes años. Una energía que tanto sus creadores como sus intérpretes transmiten a la audiencia en cada función a través de su incansable motivación y esfuerzo.
Lamento avisar con tan poca antelación –ya solo queda una función más en el Teatro Lara de Madrid-, pero si no tienen plan familiar para este sábado, vayan a ver Esos locos fantasmas; si quieren concienciar a sus hijos sobre el respeto a la cultura y al sector audiovisual –aunque a muchos les parezca mentira, los artistas no comemos del aire-, vayan a ver Esos locos fantasmas; y si tan solo quieren apreciar el talento y la ilusión de aquellos que apuestan por lo que creen, vayan a ver Esos locos fantasmas. Nunca está de más volver a soñar.
Crítica de Guillermo Názara Reverter (@MrNazara)